Lo que nadie te cuenta del camino creativo: reflexiones desde mi charla en la UDD
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Hoy viví una de esas experiencias que te recuerdan por qué haces lo que haces. Fui invitada a la carrera de Diseño de Moda y Gestión de la Universidad del Desarrollo a dar una charla sobre mi trayectoria, agradecida de Sofía Calvo por invitarme, y lo que empezó como una presentación terminó convirtiéndose en una conversación llena de honestidad, vulnerabilidad y mucha curiosidad.
Compartí mi viaje desde el 2010: mis inicios como diseñadora de indumentaria, mi propia marca de vestuario, y el giro profundo hacia la enseñanza de la costura, la creación de Manos a la Aguja, EMA Universe y mi rol actual acompañando a otros creativos en sus proyectos.
Pero para mí, lo más valioso no fue contar mi historia, sino las preguntas que surgieron.
Preguntas que rara vez se hacen en voz alta, pero que todos necesitamos escuchar.
Mi mayor equivocación
Les conté algo que me tomó años entender:
haber creído que solo sería diseñadora de ropa “toda la vida” fue mi mayor límite.
Esa idea rígida me mantuvo por años en una vida creativa poco próspera, sacrificada y sin apertura a explorar otras capacidades que tenía.
Cuando por fin me permití trabajar en otras áreas —docencia, acompañamientos, dirección de estudio, asesorías—, mi vida profesional cambió.
Ahí entendí que la creatividad no se encierra en un solo rol. Se expande.
Cómo enfrenté una crisis creativa real
Una de las preguntas más sensibles fue sobre las crisis creativas. Y conté la verdad:
En 2023 me aburrí de enseñar costura.
Fueron años de trabajo intenso, sin pausas reales, y mi cuerpo habló: me enfermé.
Tuve que cerrar agenda, detenerme y permitirme sentir la frustración de no reconocerme en lo que estaba haciendo.
Pero mi flexibilidad —algo que he trabajado intencionadamente— me permitió moverme hacia otro espacio:
Comencé a trabajar como mentora en Fundación Mustakis y también en mi plataforma, acompañando proyectos creativos de otros.
Eso me sostuvo económicamente y emocionalmente mientras reconectaba con mis ganas de enseñar desde otro lugar.
Aprendí que las crisis creativas no se “superan”; se escuchan, se atraviesan y se transforman.
El mayor desafío de tener una marca de moda
Dije algo que siempre repito a mis alumnas emprendedoras:
No es la colección. No es la máquina. No es la tendencia.
Son dos cosas:
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Tu desarrollo personal: trabajar tu mentalidad, autoestima y autoimagen para esos días en donde no quieres nada o donde habrá tormenta. Te hará más fuerte y estar estable para enfrentar con calma los desafíos.
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Aprender sobre finanzas: sin claridad financiera, una marca no sostiene ni tu vida ni tu creatividad.
¿Cómo gané confianza en mí misma?
Compartí un ejercicio que me ha acompañado por años:
hacerme preguntas sin juzgarme tanto, con honestidad brutal:
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¿Me veo detrás de una máquina toda la vida?
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¿Realmente quiero hacer solo una cosa?
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¿Necesito trabajar todos los días?
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¿Esto lo quiero yo o lo quiere el resto / las redes / la mirada externa?
Soltar expectativas ajenas —aunque cuesta— ha sido clave para sentirme dueña de mi camino.
Lo que me dejó esta charla
Ver a un grupo completo de estudiantes motivados, preguntando sin parar (sí, tuvimos que cortar porque no quedaba tiempo), me recordó algo importante:
Compartir el camino aliviana.
Escuchar el camino de otro inspira.
Y mostrarnos imperfectas nos vuelve más humanas.


Ojalá estas reflexiones también te acompañen a ti, estés donde estés de tu proceso creativo.