Con una trayectoria destacada como diseñadora, regresé a Chile en 2013 y trabajé como diseñadora textil para una marca nacional. Ésta experiencia se convirtió en el gran impulso para adquirir los contactos, redes, aprender como se mueve la industria y salir a dirigir mi propio imperio.

Decidida a perseguir mi sueño, dediqué todos mis esfuerzos a mi marca de autor, Patricia Ovalle, desde 2013 hasta 2018. Durante ese tiempo, creé prendas inspiradas en los pueblos originarios de Latinoamérica, diseñando tanto para mujeres, hombres como niños. Poco a poco me fui atreviendo a participar y mostrarme en seminarios y encuentros relevantes en el ámbito de la moda, como MOLA y FIIS. Esto enriqueció muchísimo mi visión, ayudándome a equivocarme rápido e ir alineandome a lo que realmente deseaba.

En 2018, cerré mi marca homónima para dedicarme por completo a Escuela Manos a la Aguja. Un gran aprendizaje para mi. En 2019 formalicé y registré la escuela, con el objetivo de potenciar, compartir y transformar la vida de mujeres, principalmente, que, al igual que yo, han enfrentado desafíos sin contar con referentes sólidos, redes de apoyo y han lidiado con inseguridades. Así es como hoy me comprometo a brindarles las herramientas necesarias para su desarrollo y para que puedan vivir bien de sus sueños.